De esta tremenda paradoja surge el cortometraje Quiero ser tortilla, realizado por la productora de animación stop motion Citoplasmas. Ésta aceptó el desafío que le lanzó Veterinarios Sin Fronteras, una ONG para el desarrollo cuyos proyectos se basan en la capacitación de agricultores y ganaderos, los microcréditos, etc.
El corto está hecho utilizando, como siempre hace Citoplasmas, materiales de desecho u objetos cotidianos.
La historia se desarrolla en Méjico. Panocha es una mazorca de maíz que vive feliz con un agricultor y si cerdo. En un momento dado descubre que es transgénica. Éste será el principio de una serie de desafortunados acontecimientos con consecuencias funestas para todos. ¿Aceptará Panocha, sumisa, su programado destino: ser convertida en combustible para automóviles?
Veámoslo:
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